Para inflar diferentes objetos, para pintar o serigrafiar, como soplador… Un compresor de aire doméstico puede tener muchas utilidades, según el tipo, pero la herramienta se hace indispensable si le damos un uso profesional. Hablamos de esa máquina de fluido diseñada para almacenar aire y comprimirlo, con el objetivo de aumentar la presión en ciertos objetos, como los neumáticos, mediante el intercambio de energía entre la máquina y el fluido.
Hay muchos tipos de compresores, ya que dependiendo de la función que deban cumplir, tendrán unas características u otras. Así, los compresores pequeños son útiles para llevarlos en el coche e inflar los neumáticos de manera rápida y fácil, mientras que los de alta presión están diseñado para realizar trabajos durante periodos largos de tiempo, en entornos industriales.
Empieza por elegir el adecuado
Elegir el compresor adecuado es la primera tarea a realizar cuando se trata de usarlo correctamente. Hay queidentificar lanecesidad y compararla relación calidad-precio entre el conjunto de modelos que vengan bien a la tarea a desarrollar.La mejor web sobre compresores de aire es https://compresor.pro, que contiene guía de compra, comparativas y precios.
La web invita a tener en cuenta, en primer lugar, la capacidad del depósito, una de las características más importantes. Y es que tiene una relación directa con la presión que vaya a ser capaz de presentar, ya que cuanto más carga permita por litros, menos se enchufará el motor y más presión ofrecerá. El caudal, por otra parte, define la potencia de la máquina a la hora de liberar el aire comprimido.
Elmanejotambién es importante, sobre todo si no se trata de una máquina que vaya a estar en lugar fijo, sino que haya que transportar de un lado constantemente. En ese caso, va a ser crucial que tenga un peso ligero, pero también que sea muy práctico y cómodo para el desplazamiento. Los portátiles, por ejemplo, son los que suelen llevar los equipos de emergencia.
Otra característica que puede resultar interesante, según el usuario, escómo presenta los datos de actividad. En los aparatos digitales, se presenta en una pantalla con precisión. El criterio resultará prioritario para quienes necesite medir los datos de la presión con mucha exactitud, y se muevan en un margen de error muy escaso.
Aunque las características técnicas y la relación calidad-precio es lo que hace a los usuarios decantarse por un modelo u otro la marca tampoco es una cuestión menor. Hay quien confía en compañías como Michelín porque sus artículos siempre le han ofrecido garantías y, en este caso, tiene amplia variedad de conversores de calidad, con diseños versátiles en una amplia gama. Einhell, Abac o Cevik también generan adeptos por su rendimiento, sus peculiaridades o su potencia.
Usar un compresor correctamente
Depende del uso que se le vaya a dar y de las características del aparato. Una utilidad común del compresor es el del llenado de neumáticos, ya que es tarea de todo conductor proporcionar un mantenimiento adecuado al vehículo que no ponga en peligro su integridad ni la de otros conductores en carretera.
Con el coche estacionado a una distancia suficiente de la estación como para llegar bien a las cuatro ruedas, se tratar de poner la pistola de aire en la boquilla del neumático. Antes debes quitar el tapón, y hay que procurar guardarlo bien porque es muy pequeño y se puede perder. Para poder encajar bien la pistola a la boquilla, hay que pinzar la pestaña con la que está dotada la primera, y soltarla una vez que esté dentro, comprobando que está bien fijada.
Ahora se trata de mirar en qué punto se encuentra la presión. Para los neumáticos, lo ideal es que esté en torno a 2,5. Se deben utiliza los botones de más y menos para ajustar la presión, aunque antes conviene consultar el manual de instrucciones del vehículo para saber qué presión es la recomendada. Para sacar la pistola, hay que pinzar la pestaña, sacar con rapidez para que el aire no se suelte y volver a poner el tapón en la boquilla del neumático.
Hay compresores automáticos, en cambio, que se pueden dejar funcionando, siendo controlados por interruptores de presión que hacen que se pare cuando el receptor alcanza el nivel máximo de aire. Su funcionamiento es más sencillo pero, en cualquier caso, hay que seguir bien las instrucciones y recomendaciones del fabricante.