Tenemos diferentes elementos para disponer de calor durante los meses de frío en nuestro hogar, así como para tener el agua caliente siempre que lo necesitemos. En concreto, existen las calderas, normales o de condensación. Cada una utiliza un sistema diferente, pero en definitiva, el resultado final va a ser calor en el hogar y en nuestro circuito de agua sanitaria. Pero siempre es posible sacar un mejor partido o rendimiento para aprovechar más la energía, y sin duda, ese es el caso de las calderas de condensación.
Las calderas de condensación son sinónimo de eficiencia
Las calderas de condensación nos brindan la posibilidad de tener una mayor eficiencia energética en general, ya que aprovechan el calor procedente de la combustión y lo transforman en energía. Es conveniente empezar señalando que las calderas de condensación son una revolución de las instalaciones de calefacción y agua caliente, por su sistema innovador en todos los sentidos.
A diferencia de las calderas normales, las cuales utilizan el combustible para producir energía una vez quemado y así calentar el agua caliente, tanto de sanitarios como de los circuitos de calefacción del hogar; en el caso de las calderas de condensación, también se produce una combustión para poder crear energía, de tal manera que se genere el calor necesario. Pero con la salvedad de que en las calderas de condensación, la energía creada y presente en el calor de los humos propios de la combustión, se va a reutilizar para generar también energía. Es decir, se utiliza la combustión y el humo emitido.
De una manera más técnica, el combustible utilizado al combinarse con el oxígeno del aire, se forma dióxido de carbono y agua en estado gaseoso. Condensado dentro de la caldera, es decir, en forma de vapor procedente de los gases propios de la combustión normal, de tal manera que en lugar de desaprovechar esto, se utilice para seguir creando energía. Haciendo así que este dispositivo tenga una mayor eficiencia en todos los sentidos.
Además, por si albergamos algún tipo de duda, estas calderas tienen un rendimiento muy superior a las normales, de tal manera que van a producir mucho más calor en menos tiempo, arrojando un funcionamiento del cien por cien, bajo todas las circunstancias, incluso en lugares verdaderamente fríos como el norte del país. En definitiva, son una gran opción se mire por donde se mire.
La mejor opción para tener en nuestro hogar
Tanto si tu hogar es nuevo, como si estás pensando en hacer una reforma para mejorar el rendimiento calorífico en tu hogar, te recomendamos que optes por las calderas de condensación, en corto plazo te darás cuenta de la gran diferencia que suponen con el resto de mecanismos caloríficos.
Al tener una mayor eficiencia energética, además de conseguir mejores resultados, vamos a poder ahorrar en combustible o gas, así como reducir las emisiones de gases contaminantes, ya que vamos a aprovechar en todo momento el vapor que se genera durante la combustión. De hecho, vamos a encontrar diferentes modelos para que se adapten a las necesidades concretas que podamos tener.
Es de destacar que estas calderas son mucho más fiables y seguras en todos los sentidos. Y por supuesto, a la hora de ponerlas en lugar de la antigua, se va a poder aprovechar la instalación de gas, calefacción y agua que ya tuviésemos en nuestra vivienda, por lo que los gastos van a ser mínimos para poder instalarla, y en un mismo día lo vamos a tener todo listo.
En definitiva, si lo que buscamos es tener el máximo calor posible, con el mínimo gasto, ahorrando y contaminando lo menos posible, nuestra opción sin duda son las calderas de condensación. Aprovechando que sus precios son muy ajustados y que apenas tendremos que realizar reformas en nuestro hogar, es hora de que demos el salto para mejorar en calidad de vida.