Si consideramos aquellos objetos que tenemos alrededor y que forman parte de nuestra vida cotidiana, podemos clasificarlos y atesorar aquellos que nos causan felicidad o placer por el solo hecho de mirarlos. Sucede que estas sensaciones pueden tener que ver con el desarrollo de un “diseño emocional”, el cual permite que nos identifiquemos con aquellos objetos de una manera afectiva. Ya no se trata de crear productos efectivos y de calidad, sino que los mismos puedan causar placer, emoción y satisfacción personal.
Claves del diseño emocional
Es sabido que el diseño convencional siempre está en constante cambio y variación, dependiendo de los estilos y las modas. En cuanto a los objetos, sus diseños siempre están enfocados a proporcionar eficiencia y durabilidad, además de considerar su estética para lograr un estilo elegante o sofisticado. Sin embargo, la aparición del concepto de “diseño emocional” trae consigo otro punto de partida y proyecta otros nuevos objetivos. Esta modalidad novedosa que interviene a la hora de diseñar pretende que además de sus cualidades, los objetos sean capaces de despertar emociones en los usuarios.
El diseño emocional, permite que las personas puedan identificarse con el producto u objeto que se les presente delante. La conexión entre los productos y emoción se ha convertido en un aspecto clave que proporciona una rentabilidad económica más efectiva. Incluso desde los anuncios y publicidades, las agencias orientan sus mensajes y diseños a despertar las emociones del espectador, para que este sienta necesidad y deseo de comprar o adquirir el producto ofrecido.
Sin embargo, es importante resaltar que no todos los productos pueden generar la misma reacción en todas las personas. Frente a cada diseño, cada persona reacciona de manera particular, según sus intereses, inquietudes o gustos. En este sentido, es que el diseño emocional juega un papel clave y minucioso, ya que está creado a partir de la relación con un posible consumidor. Para que el producto cause el efecto esperado, es fundamental que se considere a los miembros que entran en juego en esta relación. Por eso decimos que las reacciones físicas y psicológicas frente a los diseños son sumamente personales, y están ligadas directamente con la personalidad de su consumidor.
Pero hablar de diseño emocional no quiere decir que ya no se tienen en cuenta aspectos de eficacia o funcionalidad. Ambas características van de la mano y combinadas para que el producto final sea realmente satisfactorio desde diferentes aristas. Utilidad, duración, y emoción, son las características claves para el diseño de un producto perfecto y efectivo.
De esa manera, el diseño emocional es cada vez más utilizado y venerado por diferentes compañías que buscan la excelencia, distinción y rentabilidad. Esto puede verse desde la creación de diseños de sitios web con una base estética y agradable, hasta la creación de logotipos en los packaging de productos que se lanzan en el mercado. Apelar al diseño emocional es una de las nuevas claves que utilizan las empresas para aumentar sus clientes y consumidores.